Con los ojos cerrados
oigo el ir y venir de las olas, las gaviotas, el viento entre las rocas que nos
han observado quizás divertidas, quizás con envidia… mientras la brisa marina
besa nuestros cuerpos desnudos que reposan tendidos sobre la arena uno junto al otro,
acariciados por el fuerte sol del mediodía.
Mi mente
racional regresa poco a poco, y por allí en algún lugar me asoma la duda de por
qué Aurelia nunca me hace usar preservativos, ¿quizás no le gustan? De seguro
toma pastillas anti conceptivas, aunque nunca la he visto tomando ninguna
pastilla… tal vez no teme quedar embarazada… Mi corazón esboza una amplia y
esperanzada sonrisa al imaginar a Aurelia embarazada… ¡se vería aún más
bellísima todavía! Mi esperanza es la de ser yo el hombre más afortunado del mundo al tener un hijo con
ella, ¡sería lo más glorioso que me pudiese pasar en la vida! Algo demasiado
inmenso, una dicha que ni siquiera creo merecer.
Aurelia toca mi
pecho, abro los ojos y le sonrío dulcemente a esos maravillosos soles que he
visto brillar con tan intensa pasión, ¡Alá, cuánto la adoro!
Ella se gira de
costado, se apega a mí y juega con mi cabello mientras me mira y tararea una
canción: “Sweet Dreams” de Eurythmics.
- Sweet dreams
are made of this… -susurra la letra un instante y luego afirma-. Cuando tú estás
cerca, mis sueños son dulces… espantas mis pesadillas así que estoy
considerando atarte a la pata de mi cama estos días que nos quedan.
- ¡Átame por el
resto de mi vida! –se me escapa con vehemencia sin poder evitarlo.
Esclavo de Aurelia, segunda parte y final La Diosa Dorada.
Si aún no has leído la primera parte, Seni Seviyorum (Te Amo),
puedes encontrarla en ebook y papel en Amazon aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.