Estoy a punto de
acabar y mi boca se desquicia despiadada y voraz succionando desenfrenadamente
su extensa dureza…
Víctor jadea a
más no poder, su pecho está convertido en una verdadera montaña rusa que me
lleva arriba y abajo a toda velocidad, mientras siento que su erección se
engruesa al máximo dentro de mi boca, ¡es de acero y arde en llamas! Lo saco
fuera justo a tiempo para la erupción volcánica, mientras que yo precipito una
torrencial lluvia dorada que él ni siquiera intenta esquivar y recibe en pleno sobre
su cara…
Mi cuerpo se
estremece espasmódicamente al acabar, el suyo se arquea y tiembla a más no
poder, acabamos juntos y es tan apoteósico que toda la cama se sacude
violentamente… un fuerte ruido sordo me retumba en los oídos mezclado con nuestros
jadeos y gritos…
¡Mierda, este
hombre sí que me mueve el piso! Hasta la cama parece dar respingos y encabritarse
con vida propia… El escalofriante ruido de piedras rodantes va en aumento y al
fin me doy cuenta de que emerge desde las recónditas profundidades del planeta…
¡Es otro puto temblor!
Las placas tectónicas acabaron su titánico encuentro junto con nosotros.
Me dejo caer
junto a Víctor en la cama y ambos contemplamos jadeantes cómo la casa entera se
sacude; las paredes crujen, las lámparas de cristal tintinean… se oye el ruido
de cosas cayendo dentro del baño...
- ¡Hicimos
temblar otra vez! –me sonríe bellamente Víctor, todavía con la respiración
agitada.
- Parece que va
para terremoto, está durando mucho… -le respondo mirando el desbocado balanceo
de la lámpara sobre nosotros, pero antes de terminar la frase el fuerte sismo
decrece hasta detenerse.
La lámpara del
techo sigue balanceándose con el impulso.
- Ese fue grado
seis, por lo menos –calcula Víctor-. Qué raro que no se cortara la luz, por lo
general se corta automática sobre un grado cinco.
- Quizás no fue
tanto como seis, pero sí a pocos kilómetros de profundidad, por lo fuerte que
se oía el ruido subterráneo. Y el movimiento fue mixto, ¿te fijaste?
- Sí, fue
horizontal y vertical, por eso tiró las cosas del baño.
- Espero que no
se venga un terremoto justo mañana y nos
joda el viaje a España.
- No creo, a
menos que se agrieten las pistas y por lo que recuerdo eso nunca ha pasado en
el Aeropuerto de Santiago –me responde Víctor, tan optimista como siempre.
- Bueno –me
pongo de pie de un salto, desnuda y plenamente feliz-, mejor me voy a dormir o
mañana no me despierta ni un puto cataclismo.
Víctor me mira
con un aire desolado, parece que quería seguir la fiesta, sonrío interiormente,
¡mi resistente potro árabe!
- Buenas noches,
Aurelia, te… -se interrumpe de golpe cuando lo miro con brusquedad hacia atrás
adivinando que pretende decirme aquella estupidez que ya sabe que odio oír, pero
si era así alcanza justo a evitarlo-, te extrañaré cada segundo hasta mañana
–concluye con los ojos todavía brillantes de deseo.
- No me
extrañes, sólo duérmete de una vez, ¡nada de seguir recordando! Te quiero
mañana a las siete en punto en el comedor, fresco como una lechuga y listo para
irnos de viaje –le advierto desde la puerta, cerrándome el batín y salgo de su
habitación.
Mientras giro el
picaporte para cerrar, me llama la atención que la puerta del otro lado del
corredor, la que sube hacia la piscina está abierta. Yo siempre la mantengo
cerrada… ¿se abriría con el temblor?
Me
acerco a cerrarla, está casi hasta atrás y al adentrarme en la oscuridad de la
escalera para alcanzar el picaporte, ¡súbitamente algo me agarra de la muñeca y
me jala hacia dentro...!
La Diosa
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Seviyorum (Te Amo),
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Te estoy siguiendo!!!!! Cuídate a Victor porque sino esa loca se verá conmigo!!!!! Jaaaa
ResponderEliminarTe estoy siguiendo!!!!! Cuídate a Victor porque sino esa loca se verá conmigo!!!!! Jaaaa
ResponderEliminarQue intriga!!
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